Correr raids en Francia es señal de carrera de estrategia,
mucha estrategia, con muchos equipos compitiendo, equipos muy preparados
físicamente, disfrutar de lugares pintorescos, pero también se trata de
duatlones de muchas horas, donde solo se combina la bicicleta con la carrera a
pie, a pesar de todo son siempre una gran experiencia y un buen entrenamiento
para las citas importantes del año.
Los raids franceses, como os he dicho, son estratégicos al
máximo. Se traza un recorrido de puntos de control obligatorios, con una
penalización de 2 horas por no pasar por ellos, este recorrido, es lo
suficientemente exigente como para que se tengan verdaderos problemas en
completarlo dentro de tiempo. Después hay una serie de controles opcionales, en
los que la penalización por no pasar suele ser de 30 minutos, más alguno
especial dónde la penalización es mucho mayor. Y a todo esto hay que añadirle
que la carrera tiene además cortes horarios a la entrada de algunas secciones,
hay que exprimir el cerebro al máximo!
¿Por qué os cuento todo esto? Pues para haceros una
introducción a lo que hicimos el pasado fin de semana del 12 y 13 de abril,
atrevernos con una carrera de la Liga francesa, el Raid des Dentelles que se
corría en la zona de los montes de Vaucluse, en la región de la Provenza y a
los pies del imponente Mont Ventoux. Para esta ocasión, participaríamos en
categoría mixta, ya que junto con Dani y Carles, estaría también Isabel como
componente femenina. Nuestra idea de partida, después de ver el roadbook fue
unánime, hay que intentar completar el recorrido obligatorio añadiendo
solamente las balizas opcionales que penalicen más de 1 hora.
La carrera empezaba el sábado a primera hora de la tarde con
una carrera a pie por relevos de 2 km cada vuelta, muy rápido, donde seguíamos
con una orientación específica por el bosque de Les Cèdres donde ya deberíamos
empezar a marcar estrategia, dejando las 4 balizas más lejanas y saliendo hacia
el primer gran trekking de la carrera, un medio maratón desde el pueblo de
Cabrières d’Avignon visitando el pueblo medieval de Gordes y hasta la zona del
Vallon de Maillet con un desnivel acumulado cercano a los 1000 metros, pudiendo
disfrutar de fantásticos senderos, antiguos molinos de agua, y cañones entre
rocas gigantes.
La siguiente sección nos llevó a disfrutar de una BTT de
unos 15 km con 300 de desnivel por senderos de gran técnica donde se debía
sacar la máxima destreza para no perder tiempo pedaleando. A media sección cayó
la noche y tocó encender los frontales y activar los 5 sentidos para no
complicar la orientación y no cometer errores. El recorrido de la sección
conducía la carrera hacia el pueblo de Joucas y hacia Le Château – La Combe,
donde estaba situado el final de sección y la primera puerta horaria a la que
no conseguimos llegar. Esta puerta horaria daba entrada a la sección de bike
& run, una especialidad que se lleva mucho en Francia y que, a mí
personalmente, no me gusta nada, ya que mientras uno se va durmiendo encima de
la bici por tener que pedalear despacio, el otro se va muriendo por correr
demasiado rápido intentando seguir a la bici.
Así pues, nos tocó seguir con la siguiente BTT, última
sección de la primera etapa y un duro recorrido de 25 km y cerca de los 1000 de
desnivel. La sección empezaba dando la vuelta entera a la montaña de La Falaise
de la Madeleine, para meternos dentro del barranco de La Combe de Font Jouvale
y empezar a ganar altura hasta el Col de La Liguière para descender hasta la
fortaleza de Lioux, final de la primera etapa, donde llegamos a la medianoche y
tocaba pasar, durmiendo, las siguientes horas hasta las 4 de la madrugada,
cuando se daría la salida a la siguiente etapa.
A las 3 y media tocó ya levantarse para recoger todo el
material, desayunar y prepararse para salir a una nueva sección de BTT, la
sección más larga de la carrera, 42 km con casi 2000 metros de desnivel, no
había subidas largas, excepto la última, pero el recorrido era un auténtico
rompe piernas que nunca acababa. El recorrido empezaba con la ascensión al Col
de la Ligne para lanzarse montaña abajo hacia un sinfín de Vallons (colinas de
la parte este de Francia), Peyrière, Canton, Petié, Murs… y mil nombres más que
nos llevaría a la subida final al Vallon de la Grande Combe, interminable, dura
y con unas vistas excelentes del imponente Mont Ventoux.
Una vez en el Vallon de la Grande Combe, donde acababa la
sección, tocaba hacer un rogaining muy peligroso, ya que los puntos de salida y
llegada estaban en la cima del Vallon, esto quiere decir que empezabas montaña
abajo, con el peligro de no calcular bien el tiempo de vuelta que sería,
montaña arriba. El rogaining transcurría por la ladera oeste del Vallon,
bajando hasta la Fontaine de Vaucluse y regresando de nuevo a la cima del
Vallon, se trataba de un recorrido muy salvaje, por caminos prácticamente
perdidos y muy auténticos pero que obligaban a no fallar con el mapa para no
perder tiempo y llevarse una buena penalización.
Ya en la recta final, la carrera seguía con una BTT, casi
toda en bajada hasta llegar a las cercanías de Cabrières d’Avignon, donde se
combinaba con una sección de orientación en BTT específica, y una corta BTT con
recorrido marcado hasta el pueblo de Cabrières d’Avignon.
Me gustaría acabar estas líneas agradeciendo la oportunidad que me dieron la gente de MuntBikes, dejándome para probar todo el fin de semana una magnífica Giant XTC 29'' que sin lugar a dudas, me ofreció unas sensaciones magníficas gracias a la buena calidad de todos los productos que tienen en su tienda.